La creatividad es una palabra poderosa, a menudo malinterpretada. La creatividad no es solo pintar cuadros o inventar algo nuevo: es una cualidad innata que todos tenemos y que alimenta directamente nuestra autoconfianza, una invitación al liderazgo auténtico.
Sin embargo, con el paso del tiempo, muchas mujeres líderes pierden la conexión con su capacidad creativa. ¿Qué sucede en el camino? ¿Qué creencias nos alejan de esta fuente de energía tan poderosa? ¿Y cómo podemos recuperarla para avanzar con confianza, autenticidad y dirección?
Como coach profesional, he acompañado a muchas mujeres que se sienten bloqueadas, estancadas o inseguras a la hora de tomar decisiones en su carrera. Mujeres que han olvidado lo valiosas que son, y lo mucho que su creatividad puede ayudarles a rediseñar su vida profesional desde el poder personal. Este artículo es una invitación a recordar quién eres, y a usar tu creatividad como brújula interna.
¿Qué entendemos por creatividad y por qué dejamos de confiar en ella?
Durante la infancia, exploramos, creamos, nos equivocamos y volvemos a intentar sin miedo. Pero en algún momento, empezamos a mirar hacia afuera. A compararnos. A buscar aprobación. Y ahí comienza la desconexión.
Empezamos a creer que la creatividad “de verdad” es la de otros: la de quien dibuja mejor, habla con más elocuencia, innova más rápido. Y al hacerlo, dejamos de confiar en nuestras propias formas de crear e interpretar el mundo.
La comparación nos lleva a perder autenticidad, a paralizarnos ante el miedo al error, a ocultar lo que nos hace únicas. Es entonces cuando dejamos de experimentar, de aprender y de liderar desde nuestra esencia.
¿Y si el error no fuera un enemigo?
Vivimos en una cultura que premia los resultados y castiga el error. Sin embargo, como decía Thomas Edison:
«No me equivoqué mil veces. Ahora sé mil maneras de cómo no hacer una bombilla.»
El error no es fracaso. Es feedback. Es una puerta a nuevas alternativas. Cuando dejamos de juzgarnos por fallar, abrimos espacio para reconectar con la creatividad.
El enfado con nosotras mismas aparece cuando sentimos que no nos estamos respetando. Pero esa emoción también es una señal: una invitación a escuchar lo que necesitamos, a revisar nuestras creencias, a cambiar el diálogo interno.
El lenguaje interno como clave para el liderazgo auténtico
Muchas mujeres líderes que acompaño cargan con frases como:
- “No soy creativa”
- “Es poquita cosa”
- “¡Qué vergüenza!”
- “Lo hace mejor que yo”
Frases heredadas, aprendidas, pero que no definen nuestra verdad. ¿De quién son esos juicios? ¿Qué nos aportan? ¿A quién beneficiamos cuando nos encogemos?
No solo tenemos el derecho a cuidarnos, respetarnos y valorarnos. Tenemos la responsabilidad de hacerlo. Porque cuando lo hacemos, inspiramos a otras a hacer lo mismo. Y eso también es liderazgo.
¿Cómo cultivar una creatividad que fortalezca tu poder personal?
La creatividad no necesita permiso. Solo necesita espacio. Y para abrir ese espacio, te comparto 5 recomendaciones prácticas que puedes aplicar desde hoy mismo:
- Haz las paces con la incertidumbre
No necesitas tener todo resuelto para avanzar. La creatividad florece cuando te atreves a explorar. El miedo no es un obstáculo, es un signo de valentía.
Pregúntate: ¿Cómo sería mi vida si ya lo supiera todo?
- Revisa tu lenguaje
Las palabras crean realidades. Observa qué frases repites a diario y pregúntate:
¿Para qué me sirve lo que me digo?
- Agradece lo que haces, tienes y eres
La gratitud es un acto de reconocimiento interno. No esperes a que otros valoren tu camino. Hazlo tú primero.
¿Qué puedo agradecerme hoy?
- Actúa en coherencia con quien deseas ser
La creatividad se activa cuando vives alineada con tus valores.
¿Qué valor quiero practicar conmigo misma hoy?
- Rodéate de energía positiva
Los entornos también crean o destruyen. Cuida de tus espacios, de tus conversaciones, de tus compañías.
¿A quién puedo acercarme que me inspire y despierte mi curiosidad?
La autoconfianza en nuestro ser creativo como camino de liderazgo
Cuando conectamos con nuestro poder interno y con nuestras formas únicas de crear, generamos un cambio profundo en la forma en la que lideramos. Y esto no solo impacta en nuestra carrera: también transforma la forma en la que educamos, acompañamos y nos relacionamos con el mundo.
La creatividad es energía vital. Es juego, es posibilidad, es impulso. Si la reprimimos, sentimos frustración e inseguridad. Si la cultivamos, generamos orgullo y amor propio.
Y no hablo de un orgullo desde el ego o la soberbia. Hablo de un orgullo sano, que nos permite mirar atrás con ternura, y reconocer nuestro camino con dignidad. Ese orgullo libera dopamina y serotonina, hormonas esenciales para el bienestar. Es ciencia, pero también es corazón.
Una invitación final
Te animo a vivir “mil días distintos, y no mil veces el mismo día”. A reconectar con la niña que fuiste y que aún vive en ti. A reírte más. A equivocarte más. A confiar más.
Porque la creatividad es el lenguaje del alma. Y tu alma tiene mucho por decir.
¿En quién necesitas creer hoy para crear esta realidad?
¿Te resuena este camino?
Si estás lista para recuperar dirección, propósito y confianza en tu carrera sin renunciar a ti misma, estaré encantada de acompañarte.